martes, 16 de agosto de 2011

TERROR EN LA LITERATURA PARA ESTE VERANO.

 Sin duda, leer novelas de misterio y terror es un ejercicio práctico, pero si ustedes quieren estrenarse en tan tétricos y sinuosos géneros, quizá no esté de más alguna que otra lección teórica. Como las que imparte aquí uno de los maestros, Lovecraft, creador de los mitos de Cthulhu, quien nos descubre la razón por la que unas líneas le pueden poner todos los pelos de punta. Aunque sea usted Yul Brinner. H.P. Lovecraft. Backlist. 160 pág.

LA URNA SANGRIENTA. El edificio de la literatura gótica se construye con ladrillos tenebrosos, con mármoles fríos y mortuorios, con panteones siniestros, nieblas, pasadizos, terrores. En España pocos, muy pocos, han sido los seguidores de este género en el que las cerraduras siempre chirrían y las estatuas lloran sangre. El cura (y liberal) Pérez y Rodríguez (1804-1868) fue uno de ellos. Y esta novela, un fantástico ejemplo de la cartografía narrativa gótica. Pascual P. y Rodríguez. Siruela. 296 pág.



EL FACTOR SCARPETTA. Última y desasosegadora entrega de las peripecias de la forense Kay Scarpetta, que deja a los chicos de Grissom y el CSI a la altura de una pandilla de principiantes. Cornwell vuelve a afilar su bisturí y a poner sobre la mesa de disección a la sociedad neoyorquina y a muchos de sus más oscuros recovecos, hipocresías e instintos tan básicos como criminales. Una novela con la desoladora, milimétrica y exacta precisión de una autopsia. Patricia Cornwell. Ed. B. 488 pág.

EL MANUSCRITO DE NIEVE. Aún no es un hombre tan hecho y tan derecho como para escribir «La Celestina», pero el joven Fernando de Rojas es el mejor pesquisidor de su espacio y su tiempo, la Salamanca de finales del siglo XV. Rojas se sumerge en la Salamanca la Nuit, en los barrios donde corren los naipes, los dados y el vino, entre mujeres de vida más que alegre, y un asesino que tiene en jaque a la Universidad y la ciudad castellanas. Este saga detectivesco-salmantina ya es un clásico. Luis Gª Jambrina. Alfaguara. 288 pág.



UN TERRITORIO OSCURO. McDermid demuestra en esta obra, ambientada en la terrible huelga minera de los 80 en Gran Bretaña, que muchas veces la novela negra es la narrativa que más está al cabo de la calle y es la auténtica literatura social de nuestros días. Esquiroles, sindicalistas, secuestros, crímenes salpican la narración de esta mujer apasionada de Stevenson, su paisano. Bajo la aparente tranquilidad de un pueblo, la maldad acecha. Val McDermid. RBA.

LA ESTUDIANTE. Tercera entrega de las aventuras, cotilleos y alardes detectivescos del peluquero Tomas Prinz, que entre cardado y permanente, resuelve los crímenes más horrendos de Múnich. El autor no abusa de la casquería y usa la trama como fantástica (y divertida) manera de mostrarnos la realidad cotidiana. Sabido es que el sillón de una peluquería femenina es lo más parecido a un confesionario. Christian Schüneman. Siruela. 224 pág.

BLANCO NOCTURNO. Tres importantes premios jalonan la andadura de esta apasionante novela: el de la Crítica española, el Rómulo Gallegos y el Hammet de la Semana Negra de Gijón. No es extraño, porque Piglia se ha «salido» con este título que detalla al milímetro cómo las relaciones familiares pueden convertirse en un humeante infierno. Y también cómo un pequeño pueblo de La Pampa en los 60 puede ser escenario de pasiones shakespearianas. Ricardo Piglia. Anagrama. 304 pág. 19 €


LA CARRETERA. Tienen razón. Pero es y será siempre estremecedora. Mucho más aún que la película homónima, con un fantástico Viggo Mortensen. Las imágenes suelen valer más que mil palabras, pero las de McCarthy dan mucho más miedo por escrito que fotograma a fotograma. Con la que está cayendo, la descripción de la Tierra masacrada que consigue el autor norteamericano tiene la pinta de ser, más que un futuro imperfecto, un presente de indicativo. Cormac McCarthy. Mondadori. 224 pág.



SOLARIS. Ciencia-ficción con mayúsculas, a años luz del universo pirotécnico de «La guerra de las Galaxias». Lem, sin ningún exceso te retuerce las tripas. Unos hombres más abandonados que destinados en una remota estación espacial tienen que enfrentarse a una inteligencia no humanoide que no tiene mucho interés en hablar con nuestros congéneres. Los filmes homónimos dirigidos por Tarkovsky (1972) y Steven Soderbergh (2002) no acabaron de hacerle justicia a este asfixiante texto. Miedo interestelar. Stanislaw Lem. Impedimenta. 296 pág. 

EL CRIMEN DE LAS MEDIAS DE SEDA. Coetáneo de Agatha Christie, Berkeley (1893-1971) fue miembro destacado de la edad de oro de la novela inglesa de misterio de los años 30. Este es un libro de los de antes, con un protagonista, el detective aficionado Roger Sheringham, de los que no se olvidan. Además, la penetración psicológica del autor inglés es de las que te ponen el cerebro a toda máquina. Anthony Berkeley. Lumen. 312 pág. 



Propongan que novelas les parecen terrorifcas y disfruten.

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