domingo, 25 de marzo de 2012

Jaime Sabines. 86 años de su nacimiento.

En está ocasión haré una especie de homenaje a este escritor y famoso poeta mexicano. Que hoy, de estar vivo cumpliría 86 años. Muchos son quienes lo extrañan, y otros más, lo consideraban un genio en el terreno de la poesía.
Humilde, autentico, sensible, así es como se dejaba ver este señor. Después del salto les dejo un vídeo y tres de sus poemas que salieron en 1996; unos cuantos años antes de fallecer.



Hay varios discos, que incluyen sus poemas, leídos por el mismo. Aquí les dejo un vídeo  de uno de sus más famosos poemas: Los amorosos. Por cierto de mis favoritos, disfrútenlo.


Aquí les dejo los tres poemas:
Aprendí que el pueblo no tiene un hombre,
sino muchos nombres, no tiene una cabeza
sino muchas cabezas,
el pueblo se llama Pedro López, Baldemar,
José Luis, Guillermo, Carlos, Donato,
Arturo, Toño, Eliseo, Lurias, Anita, Rosa,
Pepito, Donaciano, Carmelita, Don Rafa,
Manuel Ángel, Armando; se apellida
Gutiérrez, Castellanos, Rojas, Esquinca,
Ruíz, Estrada, Gómez, Rodríguez,
Pastrana y es Ernesto Gonzáles, Valentín Palacios,
Jaime Fernández, Juan Tamayo,
Gente de carne y hueso, con su casa, con sus sueños,
sus hijos, su trabajo, sus manos,
su ternura, el pan que busca y el que está en su plato.

El pueblo tiene dirección y nombre,
cocina, oficio, corazón, zapatos.

En Primera Poniente, se encuentra el pueblo,
en la calle del cerro o en el patio.
Se le conoce porque siempre tiene unas ganas
enormes de dar algo.

Lo importante de experimentar

sería experimentar la muerte,
cerrar todas las puertas e
introducirse en lo obscuro y no regresar.

Yo tengo la certeza de que podría en un momento
detener mi corazón, morirme, casi he llegado a hacerlo
pero antes de dar la orden definitiva,
me salta el miedo y ¿quién va a indicarle latir de nuevo?

Hay otro camino más activo y espléndido,
ejercitarse en la pasividad, en la sensación total,
romper de algún modo y salirse de la órbita normal
del pensamiento humano. La muerte es una ide,a
llegar a la anti-idea, ver en la obscuridad,
respirar el vacío, hablar sin articular palabra,
atravesar los muros normalmente, algo así.

Descubrir que lo extraordinario,
lo monstruosamente anormal
es estar breve cosa que llamamos vida.


Tú eras mi otro licor del que solía

beber mi corazón de día.
Eras mi otro destino, mi otra suerte,
aquella emparentada con mi muerte.

Tu boca me servía para el agua,
tus manos para tocar las cosas,
en tus ojos sentía la luz que dan las rosas.

Éramos sólo una locura, sólo un sueño,
o como andar fatigándose en la una
o ser humo en un leño.

Nada nos era extraño
de los dos, nos conocimos
con todos los tentáculos del cuerpo,
la saliva, la voz, la sangre, el alma.
Éramos un rebaño de impurezas fecundas
pastoradas por un Dios en calma.
A la yerba asistimos, jugamos al arroyo,
bautizamos al pájaro y al mirto,
éramos la corteza y el cogollo
del mismo alucinante sacrificio.

Inventamos la flauta y enmudecimos
en el tiempo encerrado en un carrizo,
y tu cuerpo y el mío nos quedaron como un signo.

Herederos del agua y de la tierra,
del fuego tutelar, del aire antiguo,
horneamos nuestro pan y en nuestras venas
hicimos nuestros hijos.



Poemas inéditos de Jaime sabines, leídos el 25 de octubre de 1996 en el programa Personajes y Escenarios, de Canal 22, México, D.F. 

Referencia: http://www.sololiteratura.com/sab/sabtrespoemas.htm

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